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No Seas Dominado por la Arrogancia: precepto délfico, significado y cómo aplicarlo en la vida

ΜΗ ΑΡΧΕ ΥΒΡΙΖΩΝ


¡Cuántas veces escuchamos de nuestros padres el consejo: «no seas dominado por la arrogancia»!, resulta que también es uno de los precepto délficos.

Hoy te contamos el significado de este precepto délfico, y cómo aplicarlo en la vida día a día, para tener una mejor calidad de vida.

Quizá ya habías escuchado o no de los Siete Sabios de Grecia, y sobre los 147 preceptos délficos que dejaron escritos para responder a las preguntas de los seres humanos sobre cómo vivir la vida.


¿Qué son los preceptos délficos?

Los preceptos délficos son alrededor de 147 frases cortas con gran sabiduría, que fueron encontrados en el Templo de Apolo en Delfos o Pytho.

De este último deriva el nombre de la Pitia o pitonisa, que era la sacerdotisa que servían en el oráculo del Templo de Apolo.

Estas frases fueron escritas por los Siete Sabios de Grecia, quienes buscaban con ellas, dar respuesta a las múltiples preguntas de los seres humanos al Dios en el oráculo.

Las frases recogen un valioso conocimiento ancestral de formas sencillas y sabias de vivir la vida.

¿Quiénes eran los Siete Sabios de Grecia?

Se les conoció como los Siete Sabios de Grecia a Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Solón de Atenas, Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto y Quilón de Esparta.

Ellos fueron los responsables de crear los preceptos délficos que fueron encontrados escritos en las paredes del Templo de Apolo.

Los preceptos representan conductas saludables tanto para la mente como el cuerpo, y con ellas poder llevar una vida plena, manifestándose así la voluntad de los Dioses.


Significado del precepto délfico: No seas dominado por la arrogancia

El significado de este precepto délfico recae en el equilibrio mental, es decir, la arrogancia es un extremo del pensamiento, en el que se cree que uno es perfecto.

Por lo tanto, este precepto hace hincapié en la humildad, mantener una actitud positiva y una mente receptiva a todo lo nuevo que hay que conocer en el mundo.

Templo de Apolo en Delfos

Recordemos la célebre frase del filósofo Sócrates, «Yo solo sé que no sé nada», como una muestra clara de humildad y un recordatorio a todo lo que como seres humanos desconocemos.

Hay muchas cosas que aprender, y lo que conocemos es tan poco, que no podemos considerarnos unos sabios prepotentes.


¿Qué es ser arrogante?

La palabra arrogante proviene del latín arrogans, arrogantis, y se emplea para describir a una persona falta de humildad y con una actitud soberbia.

Ser arrogante implica sentirse superior a los demás, ser una persona prepotente o engreída, y se denota como una característica negativa de alguien.

Una persona arrogante se sitúa automáticamente por encima de los demás, se siente el centro del universo, que tiene la verdad absoluta, por lo que no permite se le contradiga.

Despreciar o burlarse de los demás es una de las principales características de alguien arrogante, que pretende ser siempre mejor que los demás.


Señales de que eres arrogante y no te das cuenta

A veces ciertos defectos pueden pasar desapercibidos por nosotros, ¿eres arrogante y no te has dado cuenta? ¡Descúbrelo!

  • Te crees que eres mejor que los demás en muchas cosas o prácticamente en todo.
  • Tienes la osadía de contradecir a expertos en diversos temas por tener la sensación de que tú lo harías mejor, o de que los datos que tú tienes están más actualizados, sin siquiera haberlos corroborado.
  • Consideras que tus objetos como teléfono móvil, casa, muebles, ropa, automóvil y demás, siempre son lo mejor de lo mejor.
  • Desacreditas a quien quieras solo por poder hacerlo, sin ningún argumento de peso.
  • Crees saberlo todo, incluso lo que apenas está saliendo o lo que aún no se ha inventado, por eso te niegas a seguir aprendiendo o a que alguien te corrija.
  • Te gusta fanfarronear sobre tus supuestos logros, mientras humillas a otros.
  • No sabes trabajar en equipo, prefieres hacerlo todo tú, porque así está bien hecho.
  • Las únicas personas que se quedan contigo, son las que necesitan algo de ti o que tienen muy baja autoestima.

¿Con cuántas de estas señales te sentiste identificado? Si tienes al menos una, tienes un pequeño grado de arrogancia, pero si tienes más, debes trabajar en tu arrogancia desde ya.


¿Cómo dejar de ser arrogante?

La mejor forma de dejar de ser arrogante, es aceptando que no lo sabes todo, y que eres una persona dispuesta a aprender.

Ser humilde es la cura para la arrogancia, aunque desde luego no es fácil hacer la transición, pero tampoco es imposible.

Ser humilde implica aceptar el consejo u opinión de otro en un tema específico, ser capaz de ver el mundo con otros ojos, porque tu verdad, no es la única.

Otro punto importante para dejar de ser arrogante, es tener la suficiente confianza en ti mismo, que no necesites ser un presumido, ni tampoco un charlatán.

Cuando tienes confianza en ti mismo y control sobre tus emociones, permites que otras personas se expresen sin tener que sentirte superior y demostrarlo forzosamente.

Cada que sientas necesidad de fanfarronear, recuerda que no necesitas hacerlo, que presumir tus cualidades y habilidades no te sitúan por encima de los demás, al contrario, te hacen una persona pesada a la que nadie quiere cerca.


Diferencia entre seguridad y arrogancia

Imaginemos por un momento: un león no necesita demostrar que es el rey de la selva o de las estepas, solo lo es, cuando tiene que actuar como tal lo hace. Mientras tanto, no necesita andar pregonando su grandeza, con su solo caminar se lo hace saber a los demás animales.

La diferencia entre la seguridad personal y la arrogancia es una línea muy delgada.

Por una parte, la seguridad personal es saludable, síntoma de una buena autoestima, sabes quién eres y estás orgulloso de ello y no necesitas impresionar a nadie.

Por otro lado, la arrogancia es una necesidad de hacer saber a los demás que eres superior, que eres mejor que ellos, restregárselo en la cara y dejarlos humillados.

La arrogancia es un síntoma de amor propio no saludable, de una autoestima inflada, elevada por los cielos, sin los pies en la tierra.

En los preceptos délficos, el extremo de llegar a la arrogancia es un defecto de carácter que te hace perder amigos, familia, oportunidades y muchas otras cosas más.

Por ello te recordamos una vez más: «No seas dominado por la arrogancia».

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos, familiares y con quien creas que debería conocerlo.