Logotipo de mi felicidad

Cómo relajarse


Cuando sales de la oficina, de la universidad, del cole o estas en casa con tus tareas cotidianas, puedes sentir algo de cansancio físico y mental

Entonces es el momento justo para practicar algunas técnicas de relajación que permita descansar un poco tus pensamientos, dejando fluir algo más de energía para finalizar tu jornada.

Respira para relajarte

Es el método más simple para poder relajarse, pues siempre puedes aplicarlo y no necesitas de nada más que cerrar los ojos y respirar.

Concéntrate en tu respiración, deja tu mente en blanco y respira profundo, luego suelta lentamente el aire, piensa en el recorrido que hace el oxígeno al entrar y al salir de tus pulmones.

Si además lo combinas con otras técnicas como la aromaterapia y la música relajante estarás relajándote inevitablemente.

Ten presente que tus pensamientos deben estar enfocados en tu diafragma como una forma de recargar energía, de equilibrarla y de sanar tu cuerpo al tiempo que calmas tu mente.


Aromaterapia y relajación.

La relajación es tranquilidad, es hacer un stop en tus pensamientos y darle un freno a tus actividades, al menos al ritmo acelerado con que realizas tus tareas diarias.

Puedes encender una vela aromática o inciensos, y darte unos pocos minutos para descansar tu mente y tu cuerpo mientras inhalas estas fragancias, como resultado disminuyes el paso urgido que llevas.

Anímate a organizar tu jornada, dedicando unos minutos a una ducha o a la bañera antes de ir dormir.

Enciende un equipo con música relajante y acompáñalo con aromas como menta, eucalipto, almendras, naranja, limón, jazmín, vainilla, jengibre, entre otras fragancias relajantes.

Tras la ducha puedes aplicarte algo de aceites esenciales que, como aromaterapia, ayudan a quienes padecen de artritis, artrosis, dolores musculares e incluso dermatitis.

También puedes aplicar estos aceites en telas humedecidas o inhalarlos en agua caliente. Ambas técnicas funcionan por igual para lograr relajarte.


Relajarse con música

La musicoterapia es una técnica ancestral para lograr relajarse e incluso meditar.

Algunos terapeutas recomiendan la musicoterapia a personas que atraviesan por enfermedades, incluso a niños con trastornos de hiperactividad (TDH) y otros síndromes.

La música de relajación es común en los restaurantes, pues según expertos nutricionistas y del arte culinario, la música es ideal para digerir los alimentos y sacar provecho a sus nutrientes.

También es frecuente escuchar música instrumental de orquestas sinfónicas o de artistas en consultorios y centros médicos.

Mozart, Beethoven, Chopin, de fondo al momento de concentrarte a leer, en la oficina, cuando caminas, cuando ejercitas, cuando intentas concéntrate o para dormir, son sonidos musicales ideales para lograr relajarte.

Otro tipo de musico terapia son los llamados ruidos blancos, como el sonidos de las aves, el agua cayendo, sonidos del aire o ruidos de un bosque.

Mucho de estos sonidos están disponibles en la web, puedes descargarlos y crear una carpeta de ellos, junto a música que aumente tu concentración, tendrás un fondo relajante para cuando realizas tareas diarias o te topas con mucho tráfico cuando vas en el coche.


Relajarse trotando o caminando

Artículo relacionado: Cómo empezar a correr.

Caminar, llevar a tu mascota por un paseo ameno, trotar unos minutos y al final sentarte a meditar teniendo contacto con la arena del mar, con el verde de un parque o de la montaña, con estas sencillas actividades ten la plena seguridad que estarás respirando y escuchando sonidos que descasaran tu mente y tu cuerpo, equilibrando de nuevo tu energía.

Sal de la rutina, no te quedes sin darle unos minutos de descanso a tus pensamientos, estira tus músculos, rota tu cuello, carga tus pulmones de oxígeno y recuerda que poco a poco, con organización, el día fluye para sacar adelante cada actividad y compromiso.

Ampliar información sobre este tema en: Cómo empezar a correr.


Taichí y Yoga para lograr relajación

Dos antiguas prácticas de relajación que puedes aprender desde la web.

El taichí y el yoga son usados desde épocas remotas para equilibrar las energías y dar un reinicio a la mente, además de mejorar la flexibilidad de músculos y articulaciones.

Con ambas técnicas, con una o con otra, puedes lograr que tu cuerpo retome el equilibrio que te roba el estrés y la ansiedad.

Movimientos lentos, coordinados con la respiración que ayudan en las posturas físicas, relajando y retomando el control de los pensamientos.


Tés e infusiones relajantes

Valeriana, manzanilla, ginseng, tilo, lechuga, menta, pasiflora, son plantas relajantes por excelencia.

Hierve agua y agrega unas hojas de una de estas hiervas, en pocos instantes sentirás algo de calma, tu ansiedad ira mermando, al tiempo que sentirás somnolencia.

Puedes preparar una bolsita de tela, en ellas agregas las hojas, esa bolsita la dejas reposar tres a cuatro minutos en el agua hervida. Tendrás lista tu infusión para relajar cuerpo y mente.

Si es verano, los tés o infusiones, puedes beberlos fríos.

Prepara litros de estas infusiones y bébelas a temperatura ambiente, tendrán las mismas propiedades relajantes que cuando agregas las hojas en agua hervida.


Masajes relajantes

La tensión física cambia con algo de ayuda, pide unos masajes o aplícate aceites esenciales masajeando tu cuerpo.

Los masajes liberan endorfinas, lo que disminuye la tensión muscular y causa sensación de bienestar.

Puedes automasajear tus hombros, pasa tu mano desde la base del cráneo hasta tu cuello, y con la mano en puño, frótate en círculos, hazlo continuamente en la parte baja de tu columna.

Masajea tus piernas desde los pies hasta tus rodillas, intentando impulsar el retorno venoso, de esta forma evitas hormigueos y calambres.


Combina todas las técnicas de relajación

Sal de la oficina escuchando música relajante, o hazlo en casa para iniciar tú ritual de relajación.

Prepárate a caminar o trotar unos minutos y realiza estiramientos y movimientos propios del taichí y el yoga.

Escucha sonidos naturales de fuentes, olas o aves, respira profundo concentrándote en tu diafragma.

En la ducha o en la tina, enciende música de relajación, además enciende unas velas aromáticas o inciensos.

Ahora aplícate aceites esenciales y masajea tu frente, tu sien, tu cuello y tus pies.

Culmina tu ritual de relajación con una infusión de hierbas que te induzcan somnolencia.

Si haces de estas actividades un hábito, ten la plena seguridad que iras mermando tu estrés, tu ansiedad, tu tensión, logrando relajarte de una forma sencilla, económica y lo más importante, en una forma saludable.

Pon a prueba estos consejos para poder relajarte, ¡cuéntanos cómo te funcionaron! ¿Crees que a alguien le podrían servir? ¡Compártelos.